Ayer, hoy y siempre. Bauhaus
- Gonzalo Vélez
- 22 oct 2020
- 2 Min. de lectura
El diseño gráfico actual aún bebe de los principios de la centenaria institución
¿Imaginan el logo de Apple al más puro estilo Kandinsky? ¿Y la cara del coronel Sanders de KFC llevada a la máxima abstracción como lo haría Paul Klee? La cuna de estos artistas, la escuela alemana de arte Bauhaus, marcó un antes y un después en el rumbo del diseño gráfico. Vestigios que, si diésemos un paseo por alguna de las principales calles comerciales de cualquier ciudad, seríamos capaces de reconocer.
Una pena que el régimen nazi clausurara esta escuela de arquitectura, diseño y arte en 1933, tan sólo 14 años después de su fundación. A pesar de ello, es clara su influencia en todo lo que incumbe a la vida humana. Es ubicua. Desde el diseño de un dormitorio de Ikea, la tipografía de los créditos una película como Vértigo (Hitchcock, 1958) o la composición de las formas en el nuevo logo de Volkswagen.
«La forma sigue a la función»
su lema estandarte que rechaza todo tipo de ornamento decorativo sin ningún fin o función. Así lo explica Rocío Muñoz Gamarra, profesora de diseño de segundo de bachillerato: “cuando la Bauhaus detectaba un un problema en la sociedad y se demandaba una solución, el diseño era el camino”. Esa manera de trabajar es lo que todavía sigue estando muy presente, un cambio de mirada venidero de corrientes coetáneas como el neoplasticismo, el cubismo o incluso el surrealismo.
Simplicidad en las formas, gusto por la geometría y psicología del color constituyen algunos de los principales rasgos de la “pionera” escuela alemana que a principios de siglo progresó en teoría del color o en el uso de las leyes de la Gestalt. “El oso oculto de Toblerone, la «C» de Carrefour y la flecha implícita de Fedex conforman ejemplos de que la Bauhaus sigue ahí”, ratifica la docente.
El pasado año y tras cumplir el centenario de su creación, algunos diseñadores contemporáneos quisieron rendir homenaje a la institución. La agencia de diseño británica 999 Design lideró la iniciativa que trataba de rediseñar logotipos de grandes marcas como Netflix, Adidas o Google al más puro estilo Bauhaus.
Salgan a la calle, enciendan el televisor u hojeen una revista. Bauhaus está en todo.
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